Entrevista de José Catalá Sanjuán hablando de la temporada y las perspectivas de futuro de la costa cálida
José Catalá Sanjuán (Alcoy, 1965), director del hotel Thalasia, en San Pedro del Pinatar, preside desde hace dos años la Asociación Profesional de Empresarios de Hoteles y Alojamientos Turísticos de la Costa Cálida (Hostetur). Ha cumplido ya tres décadas en la Región desde que llegó en 1994 a la ciudad de Murcia para pilotar como subdirector la apertura del hotel Amistad –entonces dentro de la cadena NH y hoy perteneciente a Sercotel–. También protagonizó durante este tiempo otras responsabilidades directivas en establecimientos de San Sebastián y Málaga, hasta su vuelta definitiva a orillas del Mar Menor.
–¿Están contentos sobre cómo marcha la campaña, pese al ajuste del cliente español, tal como recogen las estadísticas del INE?
–La temporada está yendo fantástico. El mes de julio ha sido un mes de récord. Nuestros sondeos entre los asociados, excepto algún establecimiento que se nos escapa, apuntan al 90%. Ha sido una ocupación tremenda y agosto también está siendo increíble. Muy, muy bien. Así que estamos satisfechos con la temporada, aunque crecen más otras zonas del país.
Consumo
«Estamos satisfechos con la temporada de verano en la Costa Cálida. Está yendo fantástica»
–Sin embargo, algunos han alertado de la caída del consumo, sobre todo por el cliente nacional, ¿han notado ese menor gasto?
–Aquí se está funcionando bien. No ha ido mal en consumo. Es distinto a lo que se ha notado en otros destinos turísticos españoles donde si han saltado las alarmas. Claro que la meteorología influye, por ejemplo en los días de ola de calor los establecimientos hosteleros se han visto muy afectados en las terrazas a mediodía. Pero, en general, creo que el consumo se está comportando y todos lo podemos comprobar como clientes cuando nos movemos.
–¿Cómo define el momento que vive el turismo en la Comunidad?
–Pues ahora mismo, tal y como están los mercados, creo que tenemos una posición estratégica. No obstante, somos un destino muy pequeño, algo de lo que la gente muchas veces no quiere darse cuenta. Porque está muy bien ambicionar y jugar a ser grandes, pero uno tiene que ser consciente de lo que es. Solo hay que tener en cuenta que geográficamente estamos constreñidos entre dos grandes monstruos como Andalucía y la Comunidad Valenciana.
–¿Existe margen para crecer ante una competencia tan poderosa?
–Sí lo hay, pero es pequeño. Nosotros no podemos sumarnos igual que otros a la ola de inversión hotelera que se está produciendo. Entre otras cosas porque los criterios que guían las mismas se escapan un poco de los parámetros que la Región de Murcia puede ofrecer. Y aunque haya crecimiento de la planta hotelera será reducido. Así que siempre seremos pequeños. Voy a poner un ejemplo, en 2024 se invirtieron en España en proyectos hoteleros de todo tipo aproximadamente 3.350 millones de de euros, y de ese montante el 55% fue a destinos urbanos, de los que solo Madrid y Barcelona representan un 18% cada uno, y luego están Sevilla, Málaga, Valencia, Granada y las ciudades del País Vasco. Vengo a decir esto porque los flujos de inversión van encaminados a entornos urbanos con mucha capacidad de atracción.
–Con todo, siempre se habla de la necesidad de que la Costa Cálida tenga más plazas hoteleras.
–Seguimos pensando en desarrollo turístico en la costa en términos de producto hotel. Lo que sucede es que nuestras sociedades cambian a la velocidad del rayo. Y es que la forma que tiene mucha gente de interpretar cómo evoluciona el turismo, la mayoría de veces se corresponde a dos décadas anteriores. De ahí que, aunque lo sienta mucho en mi caso, que soy hotelero de toda la vida, por trayectoria, corazón y vocación, tengo claro que no se van a hacer muchos más hoteles en la costa, puesto que van a ocurrir otras cosas. Y es que el mercado se está comportando ya de una forma completamente distinta y surgen otro tipo de soluciones vacacionales, diferentes configuraciones que están supliendo al concepto de hotel.
Pacto por el turismo
«Supone un vuelco radical, sobre todo en la gobernanza, al dar entrada por primera vez al sector privado»
–¿Abrir hoteles ya no supone un negocio tan productivo?
–Es que hoy en día, a cualquier inversor le resulta mucho más rentable invertir en apartamentos turísticos. Porque su estructura de costes es mucho más flexible, genera mucha más rentabilidad. De ahí el ‘boom’ que hemos tenido de viviendas turísticas, de apartamentos. Por ello, estoy absolutamente convencido de que el rumbo va a seguir por ahí. Además, creo que tenemos ahí un recorrido brutal. En cualquier caso, sigue costando que se entienda, ya que sigo encontrándome alcaldes de municipios de nuestro entorno costero que siguen pensando en desarrollo turístico solo en términos de hoteles. Por eso hay que cambiar el chip. En este sentido, estoy absolutamente convencido de que el futuro de la Costa Cálida pasa más por otros modelos alojativos, como los apartamentos. Pero no solo están estos, también vemos el ‘coliving’, enfocado al mercado de la tercera edad, que está haciendo furor en otros destinos; o el ‘flex living’ (flexibidad en la estancia).
–Pero, el turismo residencial proyectado a principios de los 2000 dentro del ‘boom’ inmobiliario acabó por no ser lo esperado.
–Es innegable que muchos macrodesarrollos urbanísticos se quedaron desgraciadamente en nada. Y criticamos aquello porque se hicieron cosas muy mal, pero visto con la trayectoria del tiempo no me da reparo en afirmar que creo que la idea de convertir la Región en la Florida de Europa era buena si se hubiese gestionado bien. Lo que sucede es que en aquel estallido no hubo planificación. Aunque la realidad es que siguen moviéndose inversiones importantes y exitosas en el entorno de la costa. Ahí tenemos el caso de la zona de Santa Rosalía, entre San Javier y Los Alcázares, con una macrourbanización que está funcionando muy bien. De forma que, tal vez, ese turismo residencial de calidad termine por por imponerse.
–Reforzar la imagen de calidad será un eje esencial, ahí está el éxito en los últimos años de un subdestino como Cabo de Palos.
–Sin duda es significativo. La gente lo identifica como calidad, alternativo, dentro de tener una capacidad alojativa pequeña. De ahí lo interesante que sería si fuésemos capaces de reposicionar los destinos. Por ejemplo, expandiendo el concepto de Cabo de Palos en distintas zonas de La Manga. Así que a lo mejor habría que reflexionar si es posible reproducirlo, ligado a unos servicios complementarios de nivel alto, actividades náuticas y una oferta gastronómica con un carácter local diferenciador.
Política turística
«En materia de promoción estamos en un momento muy bueno, pero durante años hubo muchos bandazos»
–¿La Manga puede reposicionarse en este aspecto de más valor?
–Creo que sí. Estoy absolutamente convencido. Esto va a sonar extraño, pero claro que es recuperable en ese sentido. Es cuestión de buscar unos atributos turísticos diferenciales. Así se está trabajando en una mayor oferta complementaria ligada al mar. En el sector estamos convencidos de que parte de la reconversión de nuestro destino de sol y playa tradicional pasa por ligarlo a los conceptos denominados de turismo azul, que no es ni más ni menos que poner en valor los recursos tradicionales ligados a la costa. Las líneas van por ahí. Aunque lo primero de todo es creérnoslo y ser capaces a nivel institucional de articularlo.
–En el caso del turismo urbano, las ciudades de Murcia y Cartagena, ¿podrían crecer más?
–Murcia tiene un margen, y Cartagena es la eterna promesa, aunque cuente con unas posibilidades brutales. Recuerdo cuando estuve dirigiendo un establecimiento en Málaga, justo en el momento de empezó su ‘boom’, y siempre digo lo mismo, si lo analizas técnicamente aquella ciudad en aquel momento no tenía mejores recursos ni estaba en una plataforma mejor de salida de la que está Cartagena ahora, que tiene mucho más, aunque es evidente el potencial de tener el turismo internacional en la Costa de Sol. Pero, claro, luego está el liderazgo político para el impulso, que es muy importante.
–En ese sentido, ¿considera que nuestros dirigentes políticos están decididos de verdad a que el turismo pueda aportar más? ¿Existe ese convencimiento?
–Voy a arriesgarme y a ser atrevido. A veces parece que no. Y voy a a comentar, por ejemplo, un aspecto que para mí es significativo como es la celebración del 1.200 aniversario de la ciudad de Murcia. Era el momento perfecto para salir a los mercados y mostrar una imagen de futuro, dinámica, con potencial, pero en lugar de eso nos hemos liado los pies con temas identitarios, con un peso mayor de los histórico que francamente no sé dónde conduce. La realidad es que no se ha visto una proyección para decir vamos a posicionar la ciudad como un producto turístico competitivo, eso no ha existido.
–La Comunidad Autónoma resalta el mayor esfuerzo que se hace para ayudar al sector y para la promoción del destino regional, ¿cómo lo valoráis las empresas?
–Sinceramente, creo que ahora mismo en materia de promoción turística estamos en un momento muy bueno. El equipo que hay en estos últimos años, encabezados por la consejera [Carmen Conesa] y el director del Itrem [Juan Francisco Martínez] ,trabaja en una línea, hay un plan estratégico que se está cumpliendo. Sin embargo, a lo largo de esta trayectoria de 30 años desde que llegué a Murcia también digo que no nos creímos del todo el tema del turismo. Por lo menos durante mucho tiempo. Y lo peor son los muchos bandazos que se han dado, con tantos cambios de criterio. De hecho, hubo épocas con planteamientos muy extraños. Al final, los destinos turísticos muy consolidados son aquellos que cuando analizas su trayectoria ves que tienen una continuidad en los planteamientos en el tiempo, con una coherencia que da resultados.
–¿Qué puede representar el Pacto por el Turismo firmado en julio de cara al anhelado salto?
–Como decía, siempre hemos tenido ciertas carencias en materia de política turística. Pero creo que el Pacto por el Turismo supone un vuelco radical en ese sentido. Estoy convencido que será un antes y un después. Porque estamos frente a uno de los elementos más importantes en en el turismo de la Región de Murcia en décadas. Sobre todo, contempla un cambio radical en la gobernanza, en la forma de gestionar, empezando por dar entrada por primera vez al sector privado, a todos los actores que participan en esta industria. Y en segundo lugar supone empezar a trabajar en los fundamentos de lo que queremos que sea el desarrollo turístico en las próximas décadas. Y es que para empezar se va a decidir qué es un municipio turístico. No vale con la voluntad de los 45 ayuntamientos de querer serlo, habrá que cumplir unas condiciones, tener un plan director, contar con una dotación presupuestaria, disponer de los requerimientos técnicos necesarios.
–¿Qué primeras medidas se van a poner en marcha?
–Pues ya se ha constituido y ha empezado a trabajar el Consejo Asesor de Turismo, que pretendemos que sea un órgano consultivo y de codecisión a la hora de la adopción de las políticas turísticas, algo que es muy importante. Por otra parte, se establece que sean siempre medidas efectivas y realizables en una duración acotada en el tiempo de dos años. Y siempre con el compromiso de que cuando termine su vigencia todos los actores implicados estemos en condiciones de evaluar lo realizado y rendir cuentas. La consejera nos dijo que no hiciésemos nada que supusiera solo un papel firmado.
«Es más interesante el mercado escandinavo que el británico»
-Los datos confirman el incremento sostenido del turista internacional en la Región, ¿hasta dónde podemos llegar?
-Se trata de crecer en el destino, en la calidad, en tener más oferta alojativa y diversificar para que vengan más visitantes de otros países. Pero no es fácil competir con otros destinos españoles líderes, empezando por las islas. En este aspecto mantengo una actitud heterodoxa, ya que nos hemos empeñado durante muchísimo tiempo, décadas, en priorizar el mercado británico, cuando igual no es nuestro segmento. Me parece más interesante el mercado escandinavo. Digo esto porque a veces tratamos de hacer fuego graneado a ver qué cae en lugar de ir a una microsegmentación. El problema es que aspiramos a alguna parte del turismo internacional sin entender cómo funcionan esos mercados. También está centroeuropa, los países bálticos.
-No quiero terminar la entrevista, sin preguntarle por el problema de las dificultades para encontrar personal especializado
-Pues lo hacemos como se consiguen siempre las cosas en las empresas, es decir, haciendo la necesidad virtud. Porque la verdad es que la disponibilidad de trabajadores cualificados ha desaparecido. No es que haya poca cantidad de mano de obra es que ya no existe. Por tanto, estamos haciendo lo que realmente debería estar haciendo la administración. Estamos implementando, realizando planes de formación internos. En nuestro establecimiento, el 50% de la plantilla en cocina es personal propio que hacía otras tareas y hemos formado. Por eso, en Hostetur siempre hemos dicho que la administración regional tendría que estar haciendo más esfuerzo en ese sentido. El CCT debería de tener ahí un liderazgo mucho mayor.
Fuente de la información laverdad.es